Caminaba hundida en mí misma, hacía frío y mi buzo escolar no bastaba. Las cuadras hasta casa se tornaban interminables, entre nubes grises y hojas marrones húmedas, sin ese resonante CRACK que hacen cuando comunmente las piso. Aun estando a pocas cuadras, me desvié por esa avenida por si quizás, en una posibilidad remota, podría llegar a encontrarte, para sólo obtener el hermoso beneficio de mirarte a lo lejos.
La esperanza se perdía en cada cuadra, al ver que la avenida terminaba y sólo había peatones ordinarios. Llegué a su final y sentí más que la lluvia de gotas gordas que me golpeaban, porque estaba acompañada del vacío de la esquina donde ya nada quedó por hablar. Entonces mis zapatillas, sumergidas entre los charcos, me obligaron a correr desesperadamente, como si un mismo imán me repeliera del lugar.
Creo que ese imán repulsivo, era el sentido de desubicación que me hablaba internamente, aclarandome, que yo no tengo nada que buscar ahí, porque cuando las historias terminan solo quedan en la mente y no en lugares tangibles.
Fieles
01 junio 2011
Punto final.
Ya está. él puso el punto final. Y está bien, es mejor cortar por lo sano que acabar en un histeriquismo vicioso. Quisiera volcar en un solo post todas estas sensaciones confusas, de dolor, resignación, aceptación/negación personal, pero el shock no creo que me lo permita.
Lo cité para hablar, por necesidad propia, de dejar la historia con el final que fuera, pero si, el renglón completo. Así lo tuvo, doloroso para mí, dejando de cabeza mis dos semanas de expectativas de encontrar una solucion más... sana.
Así dijo tan poco y tan marcado, aun en sus dudas que me confunden, me basta con saber, que dio vuelta la página, aun en su frialdad y distancia, como un completo desconocido, ahora ya sé que no cometeré el mismo error de abrirme.
Todavía queda la pregunta hacia mi misma: Soy un monstruo o él no es un entendedor? Tan terrible es ser como yo? En definitiva no tenía por qué molestarle pero bueno, otra cosa mas por aprender: La gente no siempre sabe amar las virtudes y defectos de los otros.
No, no me voy a dejar caer. Nadie es indispensable en esta vida, y si todo termina es por algo...
¿Por qué? Seguramente para averiguarlo tenga que vivir un par de cabezasos mas
Lo cité para hablar, por necesidad propia, de dejar la historia con el final que fuera, pero si, el renglón completo. Así lo tuvo, doloroso para mí, dejando de cabeza mis dos semanas de expectativas de encontrar una solucion más... sana.
Así dijo tan poco y tan marcado, aun en sus dudas que me confunden, me basta con saber, que dio vuelta la página, aun en su frialdad y distancia, como un completo desconocido, ahora ya sé que no cometeré el mismo error de abrirme.
Todavía queda la pregunta hacia mi misma: Soy un monstruo o él no es un entendedor? Tan terrible es ser como yo? En definitiva no tenía por qué molestarle pero bueno, otra cosa mas por aprender: La gente no siempre sabe amar las virtudes y defectos de los otros.
No, no me voy a dejar caer. Nadie es indispensable en esta vida, y si todo termina es por algo...
¿Por qué? Seguramente para averiguarlo tenga que vivir un par de cabezasos mas
Momento decisivo.
Dentro de unos minutos, aquellas dudas que nacieron hace dos semanas, van a ser contestadas, y seguramente con una respuesta, que, en las 500 que habré imaginado, aparecerá como la inpensable 501.
Momento justo para aprender a pensar más con la cabeza y no con un músculo cardíaco que por inercia, actúa bajo impulsos. Momento justo para alivianar la espalda de preguntas y poder tomar los recuerdos, solo como un buen momento, y no como hipotéticos futuros.
Momento justo para aprender a pensar más con la cabeza y no con un músculo cardíaco que por inercia, actúa bajo impulsos. Momento justo para alivianar la espalda de preguntas y poder tomar los recuerdos, solo como un buen momento, y no como hipotéticos futuros.
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