Fieles

12 abril 2015

vos sos tan exacto y yo improvisación
vivis relajado y yo vivo en tensión



si-no-blanco-negro

Todos somos contradictorios y no está mal. Por lo menos a veces creo que es algo útil. 
Cuando uno cae en contradicción, puede tomarse como un acto de poca sustentabilidad pero también como el primer paso a pensar diferente y eso te lleva a evolucionar. 
Si fuéramos tan lineales como para pensar siempre lo mismo, nunca acordaríamos con nadie, seríamos seres simplificados, nos perderíamos incluso de deliciosos platos que de chicos detestábamos (como por ejemplo el zapallo con queso, en mi caso). 
A veces las contradicciones nos dan vuelta el tablero, nos hacen poco esperables. Es esa magia que sorprende aun en personas que hace años conocemos. 
El otro día estaba en Diseño Audiovisual y el profesor comenzó a explicar la consigna de creación de los personajes diciendo que esperaba que no creáramos personajes predecibles, típicos. Que no cayeran en los vanos ejemplos de vidas aburridas. Si eran peluqueros nos preguntáramos qué habrían querido ser de chicos, cuál era su juguete favorito y no decir: un peine. Porque después de todo, ninguno de nosotros toda su vida supo qué quería ser. No todas las cosas que hicimos se relacionaron tan linealmente. ¿Cuántos zapateros habrán querido ser de chicos estrellas de rock ? 
En fin, me gustan las contradicciones así como también me sacan de quicio en algunas personas (En los políticos por ejemplo) pero en el fondo hace todo más interesante. Es seguir conservando la capacidad de asombro acerca de los matices humanos a cualquier edad.