Fieles

17 octubre 2012

Si una bailarina come, ya no es bailarina porque se cae y esos tobillos gordos golpean el piso, con el estupor suficiente para arruinar todo un cuadro

Hombres de vacío

Se pierde, se pierde tan distante sin darse cuenta cuánto de tan poco acabará en sus manos.
Racciona reacio ante cualquier mirada furtiva y ya nada es, por eso no siente. Todo lo que lo rodea no es más de lo que el mismo se permite ver.
Caja de vacío. Un silencio que se congela con indiferencia. ¿Reconocería ese rostro hace meses atrás? Tribulaciones de un sujeto de nada. Ojos de una cara estática que pesan y caen. Revelaciones de una arcada, una degustación del sujeto putrefacto.