Fieles

11 abril 2010

Indefinido

En lugar de disfrutar de una promiscuidad decente y permitida por contexto, me encontraba sujeta a un mal mayor, ahogándome en un olor ''suave'' de cigarrillos Marlboro impregnado en su camisa y en sus brazos que descansaban en mis hombros.
No dejaba de auto-atormentarme, divagando si quizás sospechaba algo, si mis palabras tendrían importancia, si la causa y efecto darían lugar a una solución insostenible.
En el mayor momento de debilidad, de miradas entregadas, alguien me secuestró devolviendo mi sentido común. Y así la noche continuó, por lo menos por un tiempo, a la espera de reencontrar esa situación y si era posible, alguna respuesta oportuna .