Fieles

01 septiembre 2011

Crítica al sensacionalismo: caso Candela

Antes de comenzar un post que probablemente sea polémico, quiero destacar los principios del mismo para no caer en confusiones:

Lamento mucho la perdida tan dolorosa que debe ser en este momento la muerte de una hija, una sobrina, una amiga, como lo es Candela para su familia y deseo con toda honestidad que puedan sobrellevarlo lo mejor posible.

Por otra parte, soy conciente de la inseguridad con la que vivimos día a día y que este caso, no es un caso aislado. Sin contar, que no pasa sólo por un robo, un secuestro express, si no también cuando somos víctimas del manejo de poder de mafias como la que pudo haber incidido en el caso.

Justamente a estas pruebas me remito. Candela era una nena, como tantas otras, que un día lamentablemente desapareció de su casa, quizás por voluntad propia, quizás en un secuestro por cuentas pendientes por su padre, quizás por un factor externo que para nosotros es desconocido. Candela, tenía una infancia, una vida, una historia que hoy ya no puede contar.

Supongo que somos varios los argentinos que nos enojamos y nos indignamos con este tipo de situaciones, donde creemos que el ser humano no puede llegar a semejante zaña, sin embargo, no vemos en el asunto, la incidencia de los medios de comunicación y cómo nos manejan constantemente.
¿Por qué Candela, es un caso especial? ¿Por qué es diferente a tantos otros nenes que desaparecen aún más chicos que ella? Hoy es ella, y mañana podés ser vos, o puedo ser yo, y no lo digo desde el lugar de la psicosis o la paranoia, si no, por el hecho de la intervención del sensacionalismo de inseguridad, donde cada periodista busca generar ese miedo en la gente, y a su vez, como motor una vez mas, al pensamiento y la reproducción de la frase ''El que mata debe morir''.

¿Después de tantos años con la democracia exiliada, aun podemos llegar a pensar en la pena de muerte? ¿Aun podemos creer que ponernos a la altura de un criminal es la solución?
Nadie devuelve la vida a esta nena, pero la justicia del hombre se debe basar en sus propios ideales de defensa y bien común, no en un ojo por ojo que solo desequilibra mas a una sociedad tan golpeada por las diferencias sociales.
Quizás hoy no estemos listos para resolverlo tan facilmente. El delito reina, y no es cosa de hoy ni culpa del gobierno de turno, si no, culpa de una planificación educativa y laboral ausente por tantos años y que hoy cuesta recuperar, que generó cada vez más ignorancia, más desempleo, más diferencias.
¿La solución? Apostar a todas las vías de desarrollo, educacion bajo la planificación correspondiente y  la regulación de los mismos, porque cómo no ver también, que la misma policía está fallando desde el momento en que la nena aparece a pocas cuadras de su casa, donde se supone, que deberian haber rastrillado.