Fieles

21 mayo 2010

en el depto.

Colocando suavemente sus manos sobre aquél borde que generalmente es de de un metal ahuecado o una madera barnizada, se la va deslizando hasta unirla con su vecina, su espejo contrario, donde sus costados se tocan y de a poco la brisa aparece, y uno se agita por el peso de la misma, que tanta satisfacción nos da si la altura es la adecuada para mirar los techos del barrio.

Cuidados intensivos

Ya va más allá de mí, pero prefieren no entenderlo y aun así lo atribuyen a aquello que simplemente me libera.
Esos castigos estúpidos no llevan a nada, no para bien, no remedian el desatento ni generan respeto u obediencia. Son penitencias para no pronunciar la palabra "miedo”, son mecanismos de aislamiento porque le temen a mi independencia.

Carentes de razón, atacan al subordinado, lo apresan, lo someten al aislamiento, al destierro de la emoción prematura y como los súbditos no tienen ni voz ni voto, el futuro se hace un presente constante y resigna, con el correr de los días a la idea de liberación.