Cuando comprás entusiasmado un regalo especial para una persona especial, lo elegís cautelosamente, que ese regalo sea único en un millón y optás por algo caro, pongamos el ejemplo del perfume. Digamos que elegís una buena marca, con una buena edición, con un aroma que pueda gustar con cualquier clase de gusto; lo envolvés en un lindo papel de regalo, comprás una linda bolsa y lo llevás de sorpresa, con la sonrisa de oreja a oreja, esperando ver la transformación de la sonrisa del receptor ante tal regalo.
Pero esa persona te dice: soy alérgica a los perfumes.
Impacto no esperado, la respuesta te cayó peor que cuando te enteraste que river se fue a la B.
Es la misma sensación de gustar de alguien, idiotamente mirarlo como uno en un millón, buscar charlas especiales, interesarse por sus asuntos y que justo el dia que tenes la extensa conversación deseada, escuchar la tan temida y desilusionante frase de: tengo novia.
Asique, burdamente, no me queda más que pensar: metete el perfume en el culo.