16 de julio de 2010
Intentás inutilmente,
disipar el olor de mi pelo.
Fumigarlo,
entre multiples cigarrillos
y damas insípidas.
Pretendés tragar violentamente,
cada palabra que intentaste confesar,
alejando el momento de mi decición.
Te escondés en pasajes no resueltos,
en una caída de tu boca,
recorriendo la palidez de mi mano.
Aun así nos conducimos penosamente,
al instante atemporal,
donde conocí un resguardo,
entre tu face pacífica, aislada,
de tantas actitudes a la defensiva.
Dejame sujeta a esa escena,
borrá a todos los bufones.
Escondeme y guardame lejos
¿Por qué debería alejarme de vos?