Hoy vi tu nuca, era tu nuca.
En otra persona, totalmente diferente pero la simetría de los hombros y el cuello delgado con las orejas sobresalientes imitaba muy bien tu silueta.
Hoy vi tu nuca y recordé cuando mis dedos se deslizaban por ella y cómo, más de una vez, mis muñecas repozaban en tus hombros punteagudos.
Hoy senti la nostalgia entre lectura de apuntes y resaltador en mano, con una sonrisa de recuerdo pero con la mirada firme en este presente, donde vivo, de caras nuevas y voces en comun. Hoy veo tu nuca y mi presente me dice que puedo dejarte guardado en la nostalgia, sin que afectes los días del momento.