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La cólera remonta ante el ser que intentó ser espiritual
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18 julio 2011
Una temporada en el infierno (fragmento) - Arthur Rimbaud
Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones.
Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié.
Yo me he armado contra la justicia.
Yo me he fugado. ¡Oh brujas, oh miseria, odio, mi tesoro fue confiado a vosotros!
Conseguí desvanecer en mi espíritu toda esperanza humana. Sobre toda dicha, para estrangularla, salté con el ataque sordo del animal feroz.
Yo llamé a los verdugos para morir mordiendo la culata de sus fusiles. Invoqué a las plagas, para sofocarme con sangre, con arena. El infortunio fue mi dios. Yo me he tendido cuan largo era en el barro. Me he secado en la ráfaga del crimen. Y le he jugado malas pasadas a la locura.
Y la primavera me trajo la risa espantable del idiota.
Ahora bien, recientemente, como estuviera a punto de exhalar el último ¡cuac! pensé en buscar la llave del antiguo festín, en el que acaso recobrara el apetito.
Esa llave es la caridad. ¡Y tal inspiración demuestra que he soñado!
"Tú seguirás siendo una hiena, etc... declara el demonio que me coronó con tan amables amapolas. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y con tu egoísmo y con todos los pecados capitales".
¡Ah! ¡por demás los tengo! Pero, caro Satán, os conjuro a ello, ¡menos irritación en esos ojos! Y a la espera de las pocas y pequeñas cobardías que faltan, desprendo para vos, que amáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, unas cuantas páginas horrendas de mi carnet de condenado.
Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié.
Yo me he armado contra la justicia.
Yo me he fugado. ¡Oh brujas, oh miseria, odio, mi tesoro fue confiado a vosotros!
Conseguí desvanecer en mi espíritu toda esperanza humana. Sobre toda dicha, para estrangularla, salté con el ataque sordo del animal feroz.
Yo llamé a los verdugos para morir mordiendo la culata de sus fusiles. Invoqué a las plagas, para sofocarme con sangre, con arena. El infortunio fue mi dios. Yo me he tendido cuan largo era en el barro. Me he secado en la ráfaga del crimen. Y le he jugado malas pasadas a la locura.
Y la primavera me trajo la risa espantable del idiota.
Ahora bien, recientemente, como estuviera a punto de exhalar el último ¡cuac! pensé en buscar la llave del antiguo festín, en el que acaso recobrara el apetito.
Esa llave es la caridad. ¡Y tal inspiración demuestra que he soñado!
"Tú seguirás siendo una hiena, etc... declara el demonio que me coronó con tan amables amapolas. "Gana la muerte con todos tus apetitos, y con tu egoísmo y con todos los pecados capitales".
¡Ah! ¡por demás los tengo! Pero, caro Satán, os conjuro a ello, ¡menos irritación en esos ojos! Y a la espera de las pocas y pequeñas cobardías que faltan, desprendo para vos, que amáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, unas cuantas páginas horrendas de mi carnet de condenado.
El espacio es infinito, y sin embargo, nada toco, nada soy nada habito.
Como si un ente revolucionario se adueñara de mi, quedé despojada de mi conciencia inquietante, pasando a refugierme en un ''no sé.''
''Yo es otro'' decia Rimbaud. Sin embargo, por lo menos él fue lo suficientemente inteligente para llevar una vida tan completa de tan joven.
Y yo con 16 años ¿Qué hago?
Las paredes estallan contra mis oídos y mis sentidos no lo perciben.
Cualquier extremidad perdió sensibilidad.
Cualquier sensación, sólo percibida a menos del 50%.
Hasta qué punto me reprimí para llegar acá? ¿Cuánto no liberé?
Cuánto que me queda por descubrir y yo acá sin mover un pelo.
Como si un ente revolucionario se adueñara de mi, quedé despojada de mi conciencia inquietante, pasando a refugierme en un ''no sé.''
''Yo es otro'' decia Rimbaud. Sin embargo, por lo menos él fue lo suficientemente inteligente para llevar una vida tan completa de tan joven.
Y yo con 16 años ¿Qué hago?
Las paredes estallan contra mis oídos y mis sentidos no lo perciben.
Cualquier extremidad perdió sensibilidad.
Cualquier sensación, sólo percibida a menos del 50%.
Hasta qué punto me reprimí para llegar acá? ¿Cuánto no liberé?
Cuánto que me queda por descubrir y yo acá sin mover un pelo.
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