Odio las flores artificiales, si esas impostoras de plástico que sin fragancia ni rugosidad de pétalo se lucen tan inertes, tan frívolas e insensibles, con un roll tan principal como ser el centro de mesa del living de casa.
Algún dia, queridas polimeros de carbono, las voy a hacer desaparecer y que vuelvan a reinar aquellas frágiles y veridicas flores, hijas de la madre naturaleza y van a ver eh, cómo terminan en el tacho de afuera, esperando que pasen los señores del camión de la basura!
PD: con las flores de papel todo bien

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