Lo peor de los recuerdos son los perfumes. Como si pudieramos de alguna forma ignorarlos. No basta con respirar por la boca. Están y no se discipan. Me gustaría que se convirtieran en foto o canción. Una forma de eliminarlos sin añorarlos tanto.
Pero no. Ella tira ese perfume en mi habitación pensándolo inofensivo, desconociendo todo pasado único.
Yo me vuelvo a ese día como no otro. Somos ese día, aun hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario