Te escurrís entre mis dedos y no, no te quiero dejar ir. Todo se tornó tan liquido que creer que no te muevas por doquier sería pisar nuevamente en falso. Te evaporás y entre esas nubes ya no te alcanzo. A veces pareciera que llueve y me vuelvo a inundar de vos, o con tus pistas como rocío en la mañana. Me engaño en cada gota para no volver a sentir lo que es entrar en deshidratación

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