Si cada error conciente de haberse aplicado bajo una mente que deliberó su procedimiento fuera perdonado, estariamos indultando una acción premeditada, dejando correr a la conciencia de todo cargo de culpa, aniquilando todo sentido y sentimiento de la Razón, siendo capaces de mirar a los ojos con la misma frivolidad que nos otorga el cinismo, sin darnos cuenta quizás, que con tan solo un breve impulso podemos perder todo aquello que construimos desde abajo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario