Me pregunto cuánto destinamos a lo que realmente somos y cuanto de nosotros dejamos que actúe por inercia, generar la imagen necesitan que demos, estancados en un papel cotidiano.
Creer que somos especiales, podría ser un mecanismo para no aceptar que sí somos parte de un contexto, sin embargo, de lo que estoy segura es que aun así podemos hacer la diferencia.
Y si no tuviera fe en ello, ¿qué me quedaría? ¿Qué me mantendría viva? ¿La resignación de esperar a que mis días acaben?
Es mejor seguir de pie, uno nunca sabe cuándo aprenderá a volar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario