Fieles

28 julio 2011

Sin pensar, intenta que las palabras caigan y se desmayen contra el renglón. Les da vida, como si de cuerpos se tratara,  replegados entre si. Todo corre y fluye drenando el interior de pensamientos, simulando la caida ilesa, caida en la que inevitablemente desfallece y renace ciclicamente.  Aun en el desvarío de ideas, se retuercen sus pasos sin aniquilar la razón. 



1 comentario:

  1. Sólo te pido que no dejes que tus palabras se vayan por el diván y nunca vuelvan. Ojos sobran, faltan miradas, y tu boca de escritora solo galopa sobre la tempestad en un mar de marañas literarias adheridas al último solsticio de otoño...
    Haz caso omiso a las plegarias de los irrefrenables conservatorios de purgas.
    Deja que todos hagamos nuestras tus palabras. Hermoso lo tuyo.

    G.-

    ResponderEliminar