Cadaver literario

Continúo en la incomprensión de las razones adolescentes que me atropeyan para perder el rumbo, una vez más, a tan poco tiempo de tener el derecho a a asumir obligaciones.
¿Y si aun no estoy preparada? Siempre quize gozar el mundo y mirarlo sobre mis pies, que ya no sea él ni mis padres quienes me controlen, que no haya nada que controlar, sólo patear un rato, para delante, siempre para delante.

Mi destino incierto juega con  la Fortuna, y el no sé pueril que renace en esta conclusión de verano sombrío. Ya no me deleito como antes con las pasiones de la tinta, ya mis estantes pesados, apestados de hojas amarillentas, agonizan de soledad y el polvo grisaseo que los rodea, se convierte en su lecho de muerte.
Frenos que yo misma coloco para estancarme en las respuestas inconclusas, noches que descansan sin literatura, ojos que no sienten los sabores, ente en futura y cercana extinción.