Tarde, un poco tarde, te digo adiós, querido 2010. Cuesta abandonarte, acostumbrarme al nuevo número impar, reconocer que ya terminó la primer década del milenio, dejar mis 15 lujosos años y seguir creciendo.
Quién sabe, si ya estaba todo calculado, si fue mi pizca de predisposición o una sustancia X la que convirtió esos 365 días en EL año. Y no todo fue color de rosas ni ponicornios alados, fue lo que fue y me bastó para reconocer cada acto, logro o fracazo, incluso valorarme, valorarlos, un poquito más. Aprendí, sí, esa es la mejor palabra. Ahora sé un poquito más quién soy. Dejemos para este 2011 el de dónde vengo y hacia dónde voy
Y sino... siempre podés consultarle a tu mami de dónde vens y hacia dónde vas... tu mami siempre parece estar bastante ubicada :P
ResponderEliminar