Estaba ahí, parado en el patio de comidas, en el bowling, en la librería. Se reía de mí e intentaba quebrarme. Buscó mi mirada, buscó un dolor de panza y alguna presión en el pecho. Trató de mirarme a los ojos y borrarlos en pedazos disparejos. Se dispuso a encerrarme, a perseguir pasos ya ocultos. No podía ser mas ágil que yo, no ahora, no después de dos años del recuerdo abierto.
Pero todavía tiene su intención fija, atada a esos lugares claves donde ya no quedan roses ni olores y aprovecho que eso está de mi lado, una mínima ventaja del momento.
De los tiempos de convalecencia, de la palabra volátil, ahora recurre a escenarios repetidos, busca morder y dejar marca.
Mi gran enemigo hoy perdió gran parte de sus recursos, finalmente hoy pude decir que le soy inmune.
Pero todavía tiene su intención fija, atada a esos lugares claves donde ya no quedan roses ni olores y aprovecho que eso está de mi lado, una mínima ventaja del momento.
De los tiempos de convalecencia, de la palabra volátil, ahora recurre a escenarios repetidos, busca morder y dejar marca.
Mi gran enemigo hoy perdió gran parte de sus recursos, finalmente hoy pude decir que le soy inmune.
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