
¿Destino? ¿Casualidad? ¿Causalidad?
¿Cómo podemos llamar a aquellos actos o situaciones de lo más descomunales que simplemente pasan, queramos o no?
¿O a veces al revés, esperamos que pasen y el resultado es inverso?
Hay sucesos inevitables, a veces nos traen responsabilidades inmensas, otros alegrías inesperadas, pero lo cierto es que ESTÁN AHÍ, no nos podemos librar de ellos.
Hace unos años atrás dejé de responsabilizar a Dios por todo. Por momentos dudo de su existencia pero más allá de eso, constantemente estamos metidos en situaciones de las que deseamos desesperadamente librarnos lo más rápido posible, y hacemos hasta lo imposible porque así sea, sin embargo seguimos atados a lo mismo.
Y sé que es muy flashero estar diciendo esto, pero constantemente siento esa traba que me impide hacer tal cosa ya que DEBO y no quiero hacer tal otra.
Es una gran pérdida de tiempo, muy ardua de más está decir, pero diaria.
Y quién sabe, por ahí es que ese encuentro que espero no se tiene que dar, pero aún así lo deseo y como gran testaruda que soy, mientras las dificultades aumentan, más anhelo que suceda.
En fin, otro pensamiento retorcido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario