Fieles

09 febrero 2014

Después de Ana

Somos ideas y movimiento; y  las ideas no deben quedar atadas.
Quiero seguir escribiendo pero ya no sé cómo. Últimamente no necesitaba esforzarme para hacerlo, solo fluía, ahora ya se quedó atrás y no quiero usar más palabras como consumida, hundida, palabra ¿Por qué todo tan poético? ¿Por qué le huimos (huir, otra palabra poética del 1700) al lenguaje coloquial? ¿Quien dice que no podemos aun así hacer magia con él? Podemos hacerlo temblar en el humor, estacar una sonrisa a la silla del espectador ¿y no somos capaces de tomarlo en serio para la literatura? Es un castigo para el lenguaje. Y no hablo de los modismos que puedan llegar a utilizar ciertos personajes de grupos sociales como  muletilla, un DNI de su grupo social, que ya con el estigma cultural que acostumbramos a usar conocido como prejuicio, catalogamos (y nos sentimos capacitados de ser catalogadores) de cuanto ser rose nuestros oculares. Quisiera ser libre de eso, porque una vez que yo deje de hacerlo no me va a importar que los demás lo hagan conmigo.
¿Acaso por que debería importar? ¿Qué es lo que nos convierte en seres humanos tan distintos  para pertenecer a una clase u otra? No es mas que la misma elección de cada uno de las valoraciones sociales que se presentan. 
Son costumbres de los Nyc (nacidos y criados) sin embargo, empero, no podemos sujetarnos a nuestra formación de la infancia para creer que ESO es lo que somos. Terminaríamos reconociéndonos como un producto de la influencia de los demás y es ahí donde debería entrar la capacidad de optar como así mismo la noción de tomarnos a nosotros mismos como sujetos singulares.

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