Soy materialista.
Me gustan las nubes, los árboles con muchas ramas, un día con muchas horas, las siestas, el sol picando en la espalda un día de otoño, el sonido al pisar las hojas secas y jugar a no mojarme los pies cuando sube la marea.
Todas esas cosas, tienen materia, existen, las percibo.
No me gustan las cosas que no existen ni llorar porque ya no están. Un corazón roto, una llamada que nunca se hizo, una despedida, un beso que no se dió en el adiós.
Todo eso no existe pero está, ¿o no? ¿o son la ausencia de las que sí me gustan? Y cada una de ellas tiene cualidades y cada cualidad es subjetiva.
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