Dentro de las peras, las manzanas y las tortas, también existen las personas de dos mangos; aquellas dispuestas a brindar una mano virtual pero jamás una mirada frontal.
Estos seres son grandes endulzadores de oídos y no critican los hechos de forma constructiva, a veces callan cuando el error vive y no somos capaces de encontrarles un nombre.
Particularmente les gusta gritar por falta de conocimiento, de causa y consecuencia.
Se dice que es común en ellas ir por la vida sin darse cuenta que viven para contarlo, los años les pasan por la cara y jamás trazan un destino, porque no hay nada que las llene, porque de tanta apariencia ilustrada no pudieron crear un espíritu propio, o este se venció en su niñez.
Suelen viven del error, prefieren no darse cuenta cuál es el medio que afectan, eligen la enfermedad como excusa salvadora, la mentira como escudo y la ignorancia como material de instrucciones
Personas de dos mangos no sirven, porque la moneda esta devaluada y hoy, dos mangos no llegan a significar ni un dolar.
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