Yo vivo del aire
y como todo poeta,
de las palabras.
Las veo flotar,
entre corazones flechados
y papeles del encuentro.
Si las miradas cayeran
y las bocas callaran,
si los elefantes volaran tanto como las palomas
hoy el mundo seria más liviano
y un poema llegaría hasta China de un solo estirón.
Yo veo que la gente
se cruza porque sí,
porque es diferente,
a un perro en las raíces
y a un gato sobre la copa.
Y si enseñáramos a cantar con más énfasis
de los insultos que vomitamos
y si hiciéramos el amor más veces
de los días que nos amargamos
la sabia de los árboles seria roja
y mi sangre verde
las armas mutarian en hojas
tus ojos en ríos blancos.
Y que el ser humano concuerde
encarnación de vida en cantos.
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