Son decisiones para no tener tan presente la memoria corporal,
para recordarte un poquito menos.
Las gotas caen para dentro, como si la nube estuviera en casa, así los vecinos no podrían ver un jardín mojado.
¿Sería deseado? Si, la mente juega con el deseo constante, un deleite del momento conocido, por eso ya no hablamos de amor.
Es triste. Es poco yo. Pero mi yo, quedó en un ayer y la salida a un tiempo presente no es clara, todo se vuelve una cuenta regresiva.

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