Te extraño y esa necesidad se transforma en el deseo de verte, jugar una vez más con las fronteras propias, una función que no puede marcar límites ni vértices ni raíces.
Yo escucho el grito de Tom en Creep y pienso cómo hubiera sido el mío consumido en un suspiro, mi piel con puntos infinitos que salen a la superficie cada vez que desplazás tu aire por mi cuello, mientras que el volumen de mi cuerpo pierde masa y peso.
Por un rato, sos yo, soy vos, percibo mas allá de lo que sucede, te descubro detrás de un aliento a Rojo, escucho tus sombras, repito en mi mente circular: soy inmortal.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario