Fieles

07 febrero 2012

Ajeno.

Me preocupa, me preocupa demasiado pero no me puedo ocupar porque no tengo cómo y esa impotencia de no poder ayudar me mata. Y está tan solo, pero sigue siendo fuerte, maduro y con los pies bien sobre la tierra, oculto porque es mejor  pasar como boludo y hacer reir a la gente para que se quede conforme a escuchar lo que verdaderamente piensa, tan bien fundamentado, sin doble discurso, sin discurso copiado, es él, en su estado original pero solo para aquellos en los que confía, y confió en mi sorpresivamente, caminando a lo largo de toda Avenida Cabildo, de una punta a la otra, toda una madrugada y mañana en la que mis oídos festejaban su monólogo, viendo más allá de esa conexión que no podíamos explicar por eso debo darle crédito a mi inconciente que hizo que me cayera bien antes de conocerlo, ahora sé por qué es así, por qué somos casi iguales o mejor dicho, puramente complementarios.
Quiero que esté bien, que anoche no le haya pasado nada en su búsqueda de un techo y que si no me respondió los mensajes haya sido porque no tenía crédito.
Ahora mi ansiedad me juega en contra y se alía con mi preocupación prematura, por una persona a la que nada me une pero no puedo evitar querer e intentar ayudar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario