Parece tan absurdo conformarme solamente con saludarte ''por educación'' cuando antes nos estrujáramos con un abrazo cotidiano.
No sé qué parte de mí sigue conectada con vos para seguir manteniendo la esperanza de volver a ser amigos como antes. Quizás es solo un delirio, pero por momentos hasta siento tus pensamientos cerca, como si me rodearan.
¿Qué tanto te afecta a vos? ¿Cuánto necesitás de ausencia? ¿Guardás todas esas cosas que solo entre nosotros compartíamos? ¿y el entrecejo pionero? ¿y la costilla perfecta? Son dudas que me pregunto pero jamás salen más allá de una línea de pensamiento.
¿Y las vacacaciones? ¿Y el tradicional 11 de febrero? Menos aun podría imaginarme un 17 sin vos.
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