Fieles

27 septiembre 2011

Sé que estás ahí, en cada momento, aún con tu particular personalidad, la cual muchas veces me cuesta entender pero no quita que la disfrute.
En cada charla me doy cuenta que soy tu fiel reflejo, con el orgullo más grande que se puede sentir. Por el simple hecho de ser mis oídos, mi reflexión, mi enseñanaza.
Te quiero, y me encantaría poder decírtelo todas esas veces que disfrutamos aprendiendo el uno del otro, pero mi sobriedad, mi temor y mi verguenza me lo impidieron siempre.
Sos esa mano extendida mientras ando en rollers, sos la explicación a los cuadros que no comprendo, sos el guía turístico en la inmensa Buenos Aires y mi técnico en todas aquellas cosas mecánicas que tanto me cuestan.
Sos repetitivo, y eso me hace reír. Habla de que tus años pasan, pero también tus experiencias. ¿Cómo no querer escucharte? ¿Cómo no esperar al reencuentro para abasallarte de los hechos y dudas de la semana?
Te quiero, y más que eso, te admiro.

1 comentario:

  1. Y si no te sale decirlo, dale este texto en un sobre y matas.
    Una vez lo hice con mi vieja. Fue, no sé, genial.

    ResponderEliminar